Mi café recién hecho por las mañanas. Me levanto temprano a moler mi café. Me preparo un par de tazas por demás deliciosas. Mi momento de soledad en donde con total concentración imagino el éxito de mi día. A pequeños y exquisitos sorbos de triunfo saboreo mi sublime y aromático café. La atmósfera y el silencio que acompasan la experiencia, me envuelve con ternura. Y sí, también extraño a quien más quiero para que estuviera aquí a mi lado y poder conversar, siendo ese el único sonido que mejoraría mi pacífico silencio.
¡Cuántos pensamientos alrededor de mi taza de café! El más exquisito. Afanosamente me he dado a la tarea de encontrar el mejor para mi paladar y lo tengo. Así como un beso largo puede ser de fortalecedor. Por el momento, solo tengo este café. Suficiente, mas no total. El café es más que una bebida. Es una oportunidad para pensar. ¡Qué grande así es el café! De momentos como este han surgido libros enteros que he escrito. De momentos como este son como los que me gustaría compartir contigo aquí a mi lado. Solo conversando de la vida y terminar hasta que llegue el turno de una buena copa de vino tinto por la noche.
A veces, cómo me gustaría que esta taza de café durara mucho más tiempo. Pero el placer que inicia con moler mi café, oler su aroma y el primer sorbo, termina. Caray, exactamente igual que la vida, solo ésta dura un poquitito más.
Momento de inspiración.
¡Emoción por existir!
Que bella descripciòn! tan sencillo como disfrutar una taza de cafè!! solo me falta comprar mi molino para tener ese aroma que dices! muchas gracias Alejandro! disfrutè el artìculo. mi imaginaciòn
volò!
Me gustaMe gusta
Me alegro.
Me gustaMe gusta